sábado, 3 de marzo de 2007
Dadme...
Dame un segundo.
y en tu piel, lo hare una eternidad...
Entregame un suspiro,
y en mi boca retornara el eco
como un quejido debastador
que quiebra el miedo de la soledad...
Regalame una sonrisa,
y la cuidare como una mariposa,
que mas que un tesoro, es una bendición
para estos ojos tristes y sin lagrimas...
Obsequia a este pobre mendigo de desiertos
antiguos, una dulce palabra, y transformala en
el agua que apaga mi sed, en el pan que apaga mi hambre
y en el fuego que cubre mi corazon desnudo...
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